supura la
noche jugos densos
palpitaciones
núbiles
abiertas en
cruz
que incuban
en la nada
un huevo de
apariencia humana
convaleciente
engendro de renuncias
enano que se
esconde hasta el alba
en el útero
amargo de la luna
rodé por un
instante
bajo el
sueño
hacia tu
risueña vulva desgranada
un llanto de
narcisos se enfriaba
en la
escarpada sombra de tus dientes
la absenta
que bebí
con una
parsimonia de langosta
ahora se
traduce en estos versos
carentes de
humildad
sucios como
espejos
largo tiempo
empañados
por el
vértigo inútil del deseo Colaje de Francisco Marcos |
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