lunes, 9 de abril de 2012

Unidos por el culo


  Con la canícula proliferan los forúnculos, minúsculos montículos rellenos de fécula. Se aprovecha también para rodar películas por fascículos en las que se hace el ridículo (como en este artículo). Pensamos a veces en el espectáculo de ver dos homúnculos unidos por el culo o bien una clavícula herida por tentáculo, y sentimos un vínculo simpático, quizá en la aurícula o el ventrículo, acaso sólo a nivel de la cutícula. Pero son ellos los que se ríen de nosotros, que los miramos con el monóculo de Drácula.


                     
                            Ping y Pong, siameses filipinos.



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