Un señor profesor de historia da conferencias sobre la época legendaria de los faraones. Como la historia tiene tantos recovecos e interminables anécdotas, las conferencias del señor de la dentadura postiza suelen alargarse hasta que el auditorio se queda vacío. Una mañana, al levantarse el profesor, la dentadura postiza en el vaso de agua comenzó a recitar la lista de los faraones por riguroso orden dinástico para sorpresa del catedrático conferenciante. El señor se ha llevado el vaso con la dentadura al aula, y ha comprobado con gran alegría la eficiencia de su dentadura dando clases magistrales. El aula de historia antigua ocupa ahora las dos aulas contiguas y han venido becarios de todo el mundo, que no paran de coger apuntes y de copiar religiosamente las lecciones sobre la enigmática época del imperio egipcio. El señor profesor se ha retirado en excedencia para estudiar odontología; el mantenimiento de la dentadura, profesora postiza de historia antigua, es caro, al igual que el plancton del que se alimenta. La comunidad educativa, conmocionada, ha intentado en varias ocasiones boicotear la fulgurante carrera del profesor llenándole el vaso de veneno, pero la dentadura es inmune, inclusive parece haber aumentado el ritmo de las conferencias, incremento que se ha visto reflejado en el volumen de ventas de las papelerías que ya no dan abasto para atender las demandas de los alumnos. Los comerciantes de papelería han probado a su vez a intimidar a la comunidad educativa para que cejen en su empeño de acabar con la dentadura parlante. El asunto está dando mucho que hablar.
sábado, 19 de enero de 2013
Dentadura postiza sabe de memoria el Libro de los Muertos
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