miércoles, 5 de junio de 2013

CÓMO DISECCIONAR UN POETA II

Procederemos a rajar de arriba a abajo o de abajo arriba, como se prefiera; para ello nos valemos de una pluma de pavo real afilada hasta la extrema unción de la punta, que mojaremos en tinta de calamar. Acto seguido, con el raspador de tráqueas tomaremos una muestra de nicotina, un nivel de alquitrán por debajo del 45 % se consideraría poeta menor o rapsoda de barrio, no siendo necesario en su caso un examen de las vísceras. Una vez por tanto abierto de par en par el poeta, le escribiremos en el hígado la siguiente frase: La poesía, calamargura en su tinta viva. Si el hígado se vuelve de color rosa está perfectamente apto para el consumo humano. Se elaboran patés de alta cosmética sólo asequibles para las damitas de alcurnia, las modelos flacas que huelen a ESCRITOR after pop y se tapan los pechos con manitas de pianista pillada in fraganti sobre el piano, en paños menores. A continuación le extraeremos el corazón, que en los poetas tiene forma de piñata.Con la sangre podemos improvisar un refrescante batido, ideal para la merienda.
Dibujo de Gideon Kiefer


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