Un señor carnívoro concienciado va dando un paseo por el bua de buloñ, en París, donde las alondras escupen pétalos de rosa sobre las frentes juveniles, sobre las libertarias ansias de modernidad: ¿pero este señor parece bien alimentado? Sí, se diría que solo come conejo hasta que su conciencia se lo permite. Con el tiempo su conciencia fue desarrollando tales maestrías tecnológicas, desarrolladas a partir de una estricta disciplina de la lechuga, que fue capaz de ir diseñando la fisonomía de su rostro al estilo de un señor carnivoro va dando un paseo por el bua de buloñ: le acompaña su conciencia en traje de noche. Lo encontrarán por la mañana en la feria del libro firmando ejemplares de su última novela, El cordero venial. Queda prohibido echarle cacahué.
martes, 11 de junio de 2013
EL CARISMA
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