Sol, oh luz votiva,
antes que hiriente, pura:
¿Eres tu el himno del pobre?
¿Son dos flores de insomnio los ojos?
¿No será esa sonrisa
desprevenida huella del tiempo?
¿De qué color, azul ingenuo,
se turban las miradas
si las dejan huir de sus fantasmas?
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