La más humilde yegua,
las palabras turgentes de gran lomo sagrado.
Una punta de hombre me asoma por los ojos
y quiere ser sombrero en la ventana
apto para servir de amor o de paraguas.
Humanamente roto por las gafas,
esta delicia triste de morirse
es conocer el mundo de una vez.
Mendigo Diego
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