CON UNA PRÁCTICA ESCOBA
se barren las pestañas
de las madrugadas lentas
el curioso dolor de las cunetas
a veces llanto y flor de ausencia
siempre joven el poeta
que se desnuda detrás de los arbustos
emputecido por la envidia sana
cómo no recordar el número
de esa puerta donde el tomate
se madura antes de ser visto
y hay un después no compartido
donde se suceden las noticias
de enfermedades raras o
alguna lata de cerveza herida
siempre joven el poeta
el impaciente de la rosa bruta.
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