lunes, 1 de abril de 2013

ESTÉTICA DE FÚ MARÍAS

   De entre los papeles hallados en el escritorio del doctor sutil Fú Marías, además de una cantidad indeterminada de ceniza bendita y una estatuilla de Buda sacando dinero en el cajero automático que servía como pisapapeles, extraemos unas palabras que a buen seguro harán las delicias de los estetas after-pop. En esta somera concepción de la estética del pensador hispano-chino se vislumbra el declive iconoclasta de la cultura occidental, que con tanta sabiduría Umberto Eco, siglos después, analizó en su libro Apocalípticos e integrados, que como ustedes saben; sigue disponible en las bibliotecas (sólo hay que quitarle un poco el polvo). Vamos pues con el panegírico del doctor sutil:
   "La industria cultural, distribuirá entre enormes masas de población subdotada, ideas frescas: el sushi y la biblia de los pobres. Mucha gente llevará los pantalones bajados y una camiseta de Superman, leerán libros con menos de cincuenta años y Gütenberg se revolverá en su tumba. ¿Y todo para qué? Paramecio, todo Paramecio."
   El enigmático caríz del pensamiento estético fumariano lo aleja del gran público a una velocidad inversamente proporcional a la invasión del mejillón tigre en las cuencas fluviales del mundo, pero desvela la cualidad fundamental que el hombre no ha de perder nunca si quiere conservar de alguna manera su aspecto animal: su idiosincracia de átomo en la salita de estar. Acto seguido les dejamos con una instantánea de Fú Marías inmerso en su pasión favorita. Ignoramos quién es el autor y como ha llegado hasta aquí.

2 comentarios:

  1. Diego, no se apure, muy probablemente, este venerable muchacho aparecerá de nuevo para hablarnos de enfermedades espirituales.
    Saludos

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  2. Fuma y le saca el peso/tamaño exacto al hombre. Ya no se ve de eso: buenas humaredas de pensamientos. Cuánto envidio a Fú.

    Fuerte abrazo, Manuel.

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