Esta noche el vacío
se apodera de todo.
Te nombro,
en mi boca eres cierta
y mis labios no olvidan
cuanta luz
temblaba en tu mirada a veces,
luna fría de abril,
cuando éramos
una misma inocente gana
de quererse.
Te nombro,
me responde el vacío;
espejo sin memoria que me observa
desde una muda eternidad sin fondo.
Las noches en vela, los insomnios, la oscuridad del sueño hacen que veamos más claro. J.V. Foix decía "és quan dormo que hi veig clar" (es cuando duermo que lo veo claro). Ahí va:
ResponderEliminarMe he despertado antes del alba
angustiado porque soñaba
que perdía el amor.
Toda la noche bajo el calor de las mantas
el amor me helaba
y, con la duermevela perdida,
el amor me quemó.
En medio de un silencio de tramontana
extendía su fuego con un humo espeso,
contaminando el deseo y el rocío.
El amor infectaba el aire de la mañana,
y con espejismos confundía
la frialdad brillante de la aurora.
Una desazón de petunias me ha llevado
la claridad del atardecer,
y de nuevo el sueño:
Sentado en la barca con los ojos cerrados
y en las pupilas un disco de sol encendido,
siento el viento del suroeste y la palabra
entre arrecifes y riscos de espuma blanca.
Imagino un mundo de finas gacelas,
La Balenguera que hila incesante,
el olor del heno y del mirabolano
y el brillo de granadas rojas.
Las canciones de los antiguos suenan de nuevo
las suaves costas de viña de este mar azul.
Pla y Leopardi y Dante en el séptimo cielo.
El pino de Formentor, viejo y sublime,
viendo como Odiseo, con vela extendida,
llega a Ítaca con claveles en las manos.
He tenido que esperar la llegada de la noche
para ver claro
mientras dormía.
Salud
Excelente poema, Francesc, muchas gracias por traerlo aquí. Sin duda es una claridad de visión velada por espejismos; ese tipo de espejismos que rompen el velo de la realidad y la multiplican, o, quién sabe, la diluyen hasta el alba que todo lo ve.
EliminarSalud y un abrazo
En las noches a veces anidan fantasmas de la incertidumbre. Por suerte aún podemos disfrutar de la mañana, y del primer café, que vuelve a otorgar a cada cosa su justa trascendencia.
ResponderEliminarLa noche siempre tiene visión clara, hirientemente clara a veces, como una herida sucia. cuando llega el día nos empeñamos en arrojar luz pero es otro modo de ver, con otros ojos.
ResponderEliminarMuy buenos los dos poemas, Manuel y Francesc.
Salud