Toca el banjo en la hamaca. Su mirada se extiende soñolienta hacia un horizonte lejano e inextinguible mientras su memoria retrocede hacia el pastel de arándanos que le hacía su abuela: pionera de las praderas de los Appalaches. Una tormenta veraniega acaba con el concierto, pero él sabe que el espíritu del bosque se ríe. Cambia el banjo por un viejo rifle winchester. Nunca se sabe lo que esconde una tormenta.
miércoles, 15 de enero de 2014
AUTISMOS VII
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