Lunas con sordina
sobre el jinete linotipia
sin trompetas
en el fugáz pan ningún tigre.
Las farolas se cansan de hablar
entre ellas de
la bohemia sonrisa entalcada
cuyo brillo metálico es envés
sólo envés sin hondo.
Torna
sol
adiós
en penumbra
los huesos de dulce madre
blancos, virgen desprecio atesoren
bajo 7 llaves, intonsos pazcan.
Cuántos los decibelios de silencio son.
Felicito este dada, el surrealismo de los versos, la vigencia de su "fottage" y sobre todo me descubro ante la tensión que produce el encabalgamiento continuado de las frases.
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Francesc Cornadó
Francesc, muchas gracias. Sí, en efecto, la fotocomposición es hermosa y combina con el poema. Este juego de palabra e imagen me interesa mucho, como bien sabes.
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Los nuevos profetas del pensamiento único continúan entrando en Jerusalen a lomos de un borrico. Lunas con sordina. El pueblo se postra a los pies de la máquinas del tiempo y Giotto, y Masaccio, y Rilke, y Ernst, y Miró, y Nono, lloran; tienden palmas de lágrimas.
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Francesc Cornadó
Sí, así es, son profetas cuya voz confunde, porque hablan la jerga global de los mercaderes del templo. No les interesa la libertad que el arte propone, prefieren que la gente siga jugando a las maquinitas. No perder nunca el hilo de la creatividad, a través del materialismo, la vulgaridad y la técnica, se ha convertido en una necesidad irrenunciable, Francesc, para mi.
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Manuel Marcos