Ante la oleada de adhesiones incondicionales que ha provocado el juicio a un grupo femenino pop en Rusia (en beneficio del grupo pop) les traigo una crónica breve en el tono semifantástico y contracorriente que suelo, para decirles, en un lenguaje inconveniente y deleznable que: no creo de ninguna manera que estas chicas representen, ni por asomo, un supuesto ideal de coraje y valentía contra el sistema seudodemocrático represor ruso, sino una maniobra mediática de darse a la fama, o sea, que desde el punto de vista práctico, han sido muy políticamente correctas y han logrado lo que querían. Ahí van el exabrupto inadmisible o la humorada subida de tono. No me importa perder audiencia, lamentaría perder amigos, pero a mi estas chicas no me engañan.
Se han registrado, en la iglesia ortodoxa del coño, movilizaciones de sesgo político a la altura de los labios menores. Reivindicaban reformas que liberen a Rusia del estreñimiento y una política aperturista del ojete. La polla de Rasputín, según estas acreditadas voces de entrepierna, no puede seguir prolongando sine die un estado de excepción, y debe dejar paso a la democracia vaginal, para que el tráfico de intereses sea fluido en el cinturón periurbano de castidad de la ciudad moscovita. Asímismo, los moscones periodistas tendrán siempre permitido el paso, para que la transparencia del proceso esté garantizada. La virginidad de la protesta ha quedado demostrada y el tribunal del tampón constató que efectivamente no hubo en ningún momento derrames innecesarios de sangre en las calles. Ha quedado claro que este evento es sólo un paso previo para derrocar también la democracia, una vez que el sistema sea succionado por la teología pop del caos.
Ha resumido usted cabalmente: la teología pop del caos. Dejaremos que el mundo siga representándose en su versión correcta y funcional, en sus controversias cuidadosamente planeadas, en sus cada vez más tupidas cortinas de humo, en sus intrigas melodramáticas. El otro mundo, el de afuera, cruel y descarnado sin gramo de intereses sensacionalistas, ese nos queda a unos pocos. Pero para esta gente ha de resultar aburridísimo.
Me parece admirable, Don Belianís, su comentario, toda vez que amplía el significado del cierre categorial del cuento con una elegancia y buena educación de la que uno quería abstenerse. Quizá me haya dejado llevar de un cierto sensacionalismo, sostengo la teoría de que la única forma de combatir la estupidez extrema es sosteniendo frente a ella, el espejo del desafuero.
Glups! Yo sólo venía a agradecer tu visita y el amable comentario. Pero, ya que estaba, les he echado un vistazo a tus disturbios en el coño (con perdón). Como no sé a qué atenerme, voy a seguir echando vistazos al resto de post, por si hay necesidad de servicio antidisturbios. No creo que pierdas amigos por esto. Y la audiencia... ya se sabe, es cuestión de ponerse un pasamontañas de colorines y enseguida la recuperas. Saludo afectuoso.
No se alarme. esta crónica surge, como puede adivinar por el tono general del blog, de la necesidad de sacudirse un poco la imbecilidad propia y la ajena, y no hay de ninguna manera la más mínima pulsión por ofender al género femenino, sino la constatación pesimista de que a veces pasan por héroes aquellos que sólo pretenden su propia gloria. Sea bienvenida, cuento con su amistad.
Recien vuelto al mundanal ruido y al canículo zaragomaño que da mucho por donde "la política aperturista ..." ¿qué mejor reencuentro con un blog amigo que comentar estos Disturbios? El grupo ruso en cuestión, ya soy un tanto viejuno, me recuerda el escándalo que en su día provocaron en nuestro país "las Vulpes" y su famosa canción. El entonces AP (hoy PP) les hizo el gran favor de la publicidad mediática gratuita. Hoy lo hace Putin, y es que parece que ante cualquier alusión sexual y malsonante, la vena dictatorial, ya sea en nuestras Españas, ya sea en las Rusias, encumbra a cualquier hija de Putin sin pretenderlo. Salud Manuel y ya meiré poniendo al día.
Miguel Ángel, bienvenido, es de ponderar que la sartén maña calienta las entendederas, pero es beneficiosa también, véase el carácter secularmente alegre de Aragón. Recuerdo el irrisorio escándalo de las Vulpes, aunque aquello tenía un sano estrépito sexual, sin pasamontañas, y esto de las hijas de Putin es una descarada operación de marketing musical. En efecto, como muy bien dices, la vena protodemocrática y antediluviana de esta Rusia caciquil, es de un patetismo a la altura de la clase política mundial que anda poniendo paños fríos a una situación histórica que clama por un cambio mundial. Aquí me tienes, mi buen amigo, hallarás textos para tu deleite y si así no fuere, motivos de polémica si te place. No hay prisa, un abrazo.
Ha resumido usted cabalmente: la teología pop del caos. Dejaremos que el mundo siga representándose en su versión correcta y funcional, en sus controversias cuidadosamente planeadas, en sus cada vez más tupidas cortinas de humo, en sus intrigas melodramáticas. El otro mundo, el de afuera, cruel y descarnado sin gramo de intereses sensacionalistas, ese nos queda a unos pocos. Pero para esta gente ha de resultar aburridísimo.
ResponderEliminarMe parece admirable, Don Belianís, su comentario, toda vez que amplía el significado del cierre categorial del cuento con una elegancia y buena educación de la que uno quería abstenerse. Quizá me haya dejado llevar de un cierto sensacionalismo, sostengo la teoría de que la única forma de combatir la estupidez extrema es sosteniendo frente a ella, el espejo del desafuero.
EliminarSalud
Glups! Yo sólo venía a agradecer tu visita y el amable comentario. Pero, ya que estaba, les he echado un vistazo a tus disturbios en el coño (con perdón). Como no sé a qué atenerme, voy a seguir echando vistazos al resto de post, por si hay necesidad de servicio antidisturbios.
ResponderEliminarNo creo que pierdas amigos por esto. Y la audiencia... ya se sabe, es cuestión de ponerse un pasamontañas de colorines y enseguida la recuperas.
Saludo afectuoso.
No se alarme. esta crónica surge, como puede adivinar por el tono general del blog, de la necesidad de sacudirse un poco la imbecilidad propia y la ajena, y no hay de ninguna manera la más mínima pulsión por ofender al género femenino, sino la constatación pesimista de que a veces pasan por héroes aquellos que sólo pretenden su propia gloria. Sea bienvenida, cuento con su amistad.
ResponderEliminarSalud, con afecto, claro.
Manuel
Recien vuelto al mundanal ruido y al canículo zaragomaño que da mucho por donde "la política aperturista ..." ¿qué mejor reencuentro con un blog amigo que comentar estos Disturbios?
ResponderEliminarEl grupo ruso en cuestión, ya soy un tanto viejuno, me recuerda el escándalo que en su día provocaron en nuestro país "las Vulpes" y su famosa canción. El entonces AP (hoy PP) les hizo el gran favor de la publicidad mediática gratuita. Hoy lo hace Putin, y es que parece que ante cualquier alusión sexual y malsonante, la vena dictatorial, ya sea en nuestras Españas, ya sea en las Rusias, encumbra a cualquier hija de Putin sin pretenderlo.
Salud Manuel y ya meiré poniendo al día.
Miguel Ángel, bienvenido, es de ponderar que la sartén maña calienta las entendederas, pero es beneficiosa también, véase el carácter secularmente alegre de Aragón. Recuerdo el irrisorio escándalo de las Vulpes, aunque aquello tenía un sano estrépito sexual, sin pasamontañas, y esto de las hijas de Putin es una descarada operación de marketing musical. En efecto, como muy bien dices, la vena protodemocrática y antediluviana de esta Rusia caciquil, es de un patetismo a la altura de la clase política mundial que anda poniendo paños fríos a una situación histórica que clama por un cambio mundial.
ResponderEliminarAquí me tienes, mi buen amigo, hallarás textos para tu deleite y si así no fuere, motivos de polémica si te place. No hay prisa, un abrazo.
Manuel