A refutar tus olvidos de raíz, hombre,
nervio óptico, luna en alambique,
tú eres mi nudo en la garganta,
mi ceguera vieja o topo hermético.
Importa donar ebria al tacto
el alma en bloque,
la quietud soberana de tus ramas.
Que otros escarben la fama con las uñas.
No quiere el hombre estar tumbado
sobre el triste sombrero de costumbre.
No quiere el hombre un corcho
para salvar tres días de fiesta
ni morir por sus cuernos de fiera inteligente.
A golpe seco
en la corteza amarga de un olivo:
rompe tus sueños por cumplir.
Colaje de Rafa Cornejo |
qué latigazo final...!
ResponderEliminarenorme, Manuel, enorme
Antero, un abrazo, muchas gracias.
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