Tres pelusombras amenazadas por un espelunco se esconden en la caja de la costura. Han sido ascendidas al rango de pelusas adultas y por lo tanto, en cualquier momento pueden proceder al rito del harakiri en parterres, macetas o poyetes. Para una pelusa adultera es un deshonor que la barran vilmente con una escoba, aunque siempre puede, si lo desea, volver al estado de pelusombra, si se enamora de una mota de polvo.
Pelusa adultera enamorándose de una mota de polvo. |
El amor puede redimir a la pelusa desviada.
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Francesc Cornadó