Los niños temen esa mezcla fosfórica o
palidez rosada y permeables
gimen como pequeños dioses
alado futuro imperfecto
saltan el húmedo zaguán de los cementerios.
No esperan al gerundio de los panes y los peces.
Por lo abisal asoma la pluma del aire
colmada de una luz invisible
donde la pupila se nutre en silencio
de un antídoto azul contra la muerte.
es extraordinario, amigo mío, lo que ves cuando miras. echaba de menos la exquisitez de tu poesía.
ResponderEliminarte voy leyendo hacia abajo, como quien remonta el orinoco.
un abrazo poeta.
Amigo kynicos, muchísimas gracias por volver, admirado poeta. Caigo a "de través", aún recuerdo aquél poema "de los cielos aprendí" que dejaste como prenda para todos los que te leemos. He echado en falta tu arte, voy a retomarlo, un fuerte abrazo.
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