Dos pulpos aseados
de once manos
cincuenta y cinco uñas
con tres
corazones sujetos al viento cada uno
que no toman café.
NO
hay nada aritméticamente plausible
como no sea adivinar que día
perdimos la cuenta con los dedos
y
a volar pulcrísimas cometas
a lavarse la cara con palomas
a reír frente a puertas bien a canto
cerradas a cal a musgo bien
abiertas.
A llorar de espaldas sin tentáculos.
Colaje de Ismael Veláquez Juárez |
Tampoco tomaré café con los pulpos ni con una causa voy a contradecir un efecto, tenga uñas o no las tenga; no voy a fundamentar un juicio sobre la doble negación de los corazones sujetos al viento; no sufriré con las aritméticas de la abuela ni con las integrales de los científicos, ni con el análisis de los balances que pueda hacer un niño mono formado en una escuela de negocios; con ellos tampoco tomaré café. Echaré a volar cometas en la playa y contemplaré el musgo del lado norte de las piedras y observaré el salto alegre de la trucha, aunque sea recordando al barítono intolerante que cantaba muy bien. Sin asideras ni tentáculos rescataré los vocablos.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
No esperaba menos de ti, Francesc, uno tiene que seguir su propio juicio, para esto no hay maestro.
EliminarSalud