Cómo me quema tu voz
abriéndome en silencio
la herida por la que respiro,
que no es otra que mi boca
cuyos labios tiemblan
ante la sola idea de besarte,
que no es otra que mis ojos
cuyas pupilas llevan tu nombre
grabado en todo lo que miro,
que no es otra que mi cuerpo
cuya sangre te llama
a vencer juntos la oscuridad.
La oscuridad de un mundo ciego
donde el amor es un muerto de frío.
Causa de la muerte,la siguiente: fatiga y melancolía. |
Poros y Penia, ¿qué otra cosa es el amor? Aunque siento más a Penia en tu hermoso poema.
ResponderEliminarSalud, Manuel.
Si el amor es hijo de la pobreza y del camino, ese que hay que andar mirando la senda que no se ha de volver a pisar, tengo por seguro, Miguel Ángel, que es un amor del que sale por los poros. Me da rabia ese amor que necesita, para darse, de miseria a su alrededor, ese falso amor para ricos, de dos que se "quieren" egoístamente, y se ponen el mundo por montera, no vale para nada. Bellísimo mito, mi buen amigo, te agradezco de corazón que lo refieras, muchas gracias.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Salud