Botín intentando hipnotizarme. |
La semana pasada terminaron la remodelación de la sucursal del banco Santander donde tengo la cuenta. Ha quedado monísima. El ominoso metacrilato gigante de las cajas ha desaparecido. Ahora parece un Belén con Pepe y María ( los empleados de caja) atendiendo amablemente la llegada de la comitiva de pastores, artesanos, afiladores con caramillo, reyes magos de las finanzas y demás fauna y flora vegetativa que acuden a adorar al niño Jesús (ausente). He ido a cancelar la cuenta. En concepto de gastos de adoración he pagado dieciocho euros. Confío que al menos lo gasten en pañales. He echado en falta una maquina tragaperras en la sala general y una mesa de ruleta francesa en el despacho de la directora. Con una especie de sano cabreo, salí cantando esta canción imitando a Elvis Presley (las personas me miraban con gesto admirativo; canto muy bien):
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