Todos los pueblos juegan y lo hacen de manera extrañamente parecida y, sin embargo, no todos los idiomas abarcan el concepto "juego" con una sola palabra, de manera tan firme y al mismo tiempo tan amplia como los modernos idiomas europeos. En este punto podría surgir la duda nominalista acerca de la legitimidad de los conceptos universales y decirse: para cada grupo humano el concepto de juego no contiene más de lo que dice la palabra que para él emplea: y, en lugar de palabra, podríamos decir "palabras". Es posible que un idioma haya abarcado en una sola palabra, mejor que otros, las diferentes formas de manifestarse el concepto. Y ésta es, en efecto, la situación. La abstracción del concepto general o "juego" se ha llevado a cabo en unas culturas antes y de manera más completa que en otras, y esto ha tenido como consecuencia que lenguajes muy desarrollados hayan conservado, para las diversas formas de juego, palabras muy diferentes, y que esta multiplicidad de designaciones conceptuales haya impedido la subsunción de todas las formas de juego en un solo término conceptual. Este caso se puede comparar con el hecho conocido de que los lenguajes primitivos poseen, en ocasiones, palabras para designar las diversas especies de un género, sin que posean ninguna para éste. Así, por ejemplo, poseen un nombre para la trucha y otro para la anguila, pero ninguno para pez.de Homo ludens, Johan Huizinga
miércoles, 15 de febrero de 2012
Homo ludens
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