Que sólo por leer, en algún perdido arrabal
un niño tiznado de hollín hasta el alma,
la fábula del hombre inmerso en su destino
de amor entre los hombres solitario
por tus páginas
aprendiera varia lección
de paria y de señor.
Que no pueda la pena
saldarse con peniques
sino hallar refugio y fundamento
en una voz sin amo.
libo con usted en esta mesa sola.
ResponderEliminarHonrado soy, saludos.
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