Quiero el grano separado de la paja
no un sermón de monsergas,
monasterio en la sombra del misterio,
de palabras selladas con mortaja.
No se me da un ardite de esta caja,
como si quiere entrar el conde a saco,
de las mismas miasmas del atraco
se pudren las monedas en la faja.
Y yo me llevo al canto lo ganado
o tal vez lo perdido, lo ganado...
veremos el límite
ResponderEliminar¿Usted cree? ¿Dónde estará el límite?
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