Desagradable impresión levantarse después de una siesta y comprobar que no tienes brazos, volver a la cama y encontrarlos allí discutiendo quién era el izquierdo y cuál el derecho, no poderlos coger, gritarles y que no te escuchen, darles una patada para que reaccionen, que se enojen y te echen las manos al cuello, retroceder hasta la pared empujado por estos hijos de puta y decirles que se calmen con el último resuello, notar como se sueldan de nuevo a los hombros mientras aprietan con más fuerza y no saber si ha sido otro de esos ataques de enajenación mental transitoria; sentir con alivio que obedecen y caen fatigados a ambos lados del cuerpo. Aprovecho para hacerme un café.
Mural de Agostino Iacurci |
hola, no conozco mucho del blog para opinar, pero no quiero dejar de agradecerte por haberme hecho conocer Pony Bravo... me mejoraste indescriptiblemente los días, gracias...desde Argentina, saludos.
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