La causa del hombre, mi querido Maquiavelo, es la distancia entre las farolas, que ha de ser pensada por una ética equidistante. El gestor municipal, qué como sabes, es un ser con muy pocas luces, ha ordenado, en contra del más mínimo pudor de justicia y libertad, instalar en algunas farolas, un sensor de caricias, con objeto de regular la correcta distribución del amor en toda la población.
Ya deberías saber que la revolución social comienza en la familia y en tiempos de crisis. Todavía no ha nacido Stuart-Mill, pero es vox populi en las calles de París. Es un problema, este del bien ontogenético del hombre, o su pudridero en el corrupto y sucio fanal de la historia, siempre abocada a mirarse en el espejo del tiempo y su eterno fin, convenientemente preterido por los expertos en la materia. Me reitero, en París ya van dos semanas que no se recoge la basura, y la gente lleva los calzoncillos roídos por las ratas, que son, por otro lado, las principales activistas, con esos chillidos que pegan, ampliados por el sistema de alcantarillado.
Un consejero de la República ha llegado a sugerir, que apagando la mitad de las farolas, aunque descienda de manera muy notable y perjudicial para la seguridad ciudadana, la temperatura ambiente se distribuirá, como el amor que a su calor vive, de manera más ecuánime, hasta casi eliminar los restos de caricias por la calle.
¿No ve usted, de justicia, un contrato distinto, quizá con unas compañías telefónicas que no nos cobren a precio de oro, estos correos electrónicos tan, con desespero vive dios, largos?
miércoles, 6 de marzo de 2013
Rousseau: contestación al e-mail de Maquiavelo (en aquellos tiempos)
donde se habla de la turbia proximidad que guardan algunas farolas entre sí
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Magnífico, un texto buenísimo.
ResponderEliminarLa luz, el calor, el amor, la ética equidistante, el sensor de caricias... y dos hombres racionalistas que se envían correos electrónicos: una maravilla.
Por cierto, lo del que el gestor municipal de farolas sea un hombre de pocas luces, es algo que no tiene precio, es genial, me río desde este momento hasta después del desayuno.
Salud
Francesc Cornadó
Buen día Francesc, me alegro de veras, no es fácil provocar risas por la mañana, muchas gracias mi buen amigo.
EliminarUn abrazo