INSTRUCCIONES PARA MORIR DE PENA SIN SALPICAR OF COURSE
De a poquito, no todo el mundo puede morir de pena aunque se plante de
cara a la misma muerte perdularia y ésta te mire con ojos de ternero
degollado diciendo: Te toca liarte la manta a la cabeza. Esto nos
daría de una risa agotadora. Tampoco vale ser argentino y matarse a
mates. Para morir de pena y a ratitos amargos lo mejor es ser una
persona muy instruida, vivir en una nube de cristal esmerilado,
enamorarse sin paliativos del tamaño húmedo de una mirada y nadar en
ella. Tampoco sirve de nada ovillarse como un puercoespín en la cama. La
metástasis, seductora como ella sola, te clava los tacones de aguja por
la espalda y adiós.
Amigo Manuel, hay algo que duele más que los tacones clavados en la espalda, es un sacacorchos clavándose en el esternón. Con todo, aún así, soportando todos estos clavazones, lo mejor es ser instruido y enamorarse sin paliativos.
ResponderEliminarSalud
Hay dolores que no soportan la más audaz de las metáforas.
EliminarSalud, un abrazo.
Me has recordado a Sabines, cuando decía que si tienes ganas de morirte, no alborotes tanto, muérete y ya.
ResponderEliminarEs un trance importante, de suma elegancia no hacer ruido.
EliminarBrillante.
ResponderEliminarGracias, Gina.
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