Un rosario de invitados, ataviados de la manera más pulcra y trivial, ellos por más que traje azul, corbata y zapatos nuevos, cuya factura obedecía a un siniestro diseño basado en una linea aristocrática de fina punta cuadrada ( copia insulsa tomada de una película de James Bond) ensayado en los talleres subterráneos de una sucursal de la moda mundial con dividendos y acciones repartidos por las principales bolsas del mundo; evidenciaban o intentaban disimular con su indumentaria la zafiedad revenida de quien ha tenido que mendigar todas las fórmulas de la vanidad para adquirir un cierto prestigio de bobo competente en los pueblos de la comarca, famosa por las berreas de los ciervos y las visitas de Alfonso XIII al palacio con jardines de lejano recuerdo versallesco y grato recreo bajo enormes plátanos de sombra donde, ha sólo cinco días que han pasado, para mayor gloria y pudibunda chanza conminatoria de todos, los jornaleros sevillanos: ellas, con pamelas de fieltro y plumas de colorín, tacones imposibles en equilibrio de puntillas como cerditos nerviosos; se atrevían con vestidos en los que se dejaba notar un gusto atrasado a seriales de radio franquistas y consultorios sentimentales de difusión nacional y todo aquel festín de boda servido por unas señoritas disfrazadas de aldonzas cervantinas con zapatitos de cenicienta mari paz coordinadas por una melindre de armas tomar con pinganillo y walkie talkie que emitía ordenes ultrasónicas en un castellano televisivo. El catering previo al menú nupcial iba cobrando un aire de guateque discreto entre banqueros de barrio y marisabidillas anoréxicas adelgazadas a golpe de dieta milagro. Mientras, en un ático de Nueva York, la condesa de Órleans-Fragancia, propietaria del palacio y primera en la línea de sucesión del Ducado de Segorbe- Casa de Medinaceli, lee plácidamente una novela de Pierre Michon y toma un martini con una humilde aceituna flotante dentro.
sábado, 1 de septiembre de 2012
La condesa demediada
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Jajajaja! Es que los estoy viendo... ¿Y tú? ¿Los viste? Seguro que estuviste en la boa esa... Porque a la de la aseituna en el coster ha tenío que ser en pinicula. Y lo del Porrina... un magnífico trabajo de arqueología folklofriki..
ResponderEliminarAllí estuve con el saxo en el rato del catering. A propósito de boas, después con Paco y mi madre en un bar de Hornachuelos, al lado del Palacio de Moratalla, tomando café en un bar de monteros, extasiados con las taxidermias que colgaban de las paredes, una de ellas, una pitón de tres metros y, oh santa ignorancia supina, Manuel; un busto de yegüa. Por un momento creímos haber aterrizado en el salón de Jesús Gil (Dios lo tenga en su gloria).
EliminarLa señora nació en Nueva York, es pariente lejana del Gran Capitán, lo juro por Snoopy.
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