¿Cuántas cosas se juzgan imposibles de hacer antes de que se hayan hecho?
Plinio
En la fe de tus manos la certeza romántica del abismo que media entre la partitura y el mundo como voluntad y representación. Si tiene usted el perfil de pianista que ha leído como se debe a Schopenhauer, no se alarme, el patio de su casa es particular y si llueve se moja como los demás.
La figura de Schopenhauer tiene mucha más importancia de la que se le suele otorgar. Su sombra es la que permite, y se proyecta a su través, figuras como las de Freud y Nietzsche. Marca decisivamente a Proust, Mann, Baroja, Azorín.
ResponderEliminarAlguien que, en pleno furor hegeliano osa dar clase de filosofía justo a la misma hora (con el consiguiente fracaso de público) me parece genial. Merecedor sin duda de un pianista que disfrute su música con la voluntad, es decir, con los genitales, auténtico núcleo de aquella.
Salud y representación, amigo Manuel.
Nos sirve aquí lo que decías ayer, mi buen amigo Miguel Ángel, donde no llegan los conceptos metafísicos, las metáforas dan el salto y se arriesgan a decir. La música que es una gran metáfora de la vida despliega el arco completo de la voluntad y la representación y hace posible el milagro de la escucha y el error de la vida, libre ya al fin de hueras perfecciones. Me pregunto si no sería este el sentido de la famosa frase nietzscheana, sin música la vida sería un error. Cuanto daño no habrá hecho la vida teóricamente perfecta y el furor hegeliano.
EliminarSalud y un representativo abrazo.
Manuel