La vida práctica tiene el hábito sintáctico de decir a todo que sí. Es una táctica aséptica; desde una óptica crítica, no tiene sentido fáctico, ni siquiera didáctico, asentir por asentir. Eso sí, es el mejor profiláctico para evitar trabalengüas morfosintácticos que alteran el ácido láctico. Qué sería de la vida sin textos paratácticos: anda, una cafetería, cuidado, antes hay un semáforo que me sonríe para que cruce.
viernes, 30 de noviembre de 2012
POR LA CALLE DEL SÍ
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Inspirador. Somete y a la vez despliega tu licor de surrealismo. Me lleva a la dolorosa certeza y al no me queda cambio de carríl pero y sigo y sigo y encontraré, porque el sí después y después, como peligrosa esperanza pero y no tengo que buscar paralela ni me va a joder la duda porque el sí es la pistola en la espalda.
ResponderEliminarPrefiero el no, gracias por la visita Mareva.
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Me has evocado, con el juego de esdrújulas, una canción que yo cantaba en los campamentos allá por mis tiempos adolescentes. ("en noche lóbrega galán incógnito, las calles sórdidas atravesó ...)
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el giro de la frase final.
Salud
Esta bien, suena graciosa la cantinela, a ver si una día la ponemos entera aquí. Gracias, Miguel Ángel, me alegro sinceramente que estos soniquetes míos tengan esta capacidad.
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