Ahora soy un escombro bajo tus pies desnudos
una sombra que arde y va por el suelo a tientas,
recogiendo
recogiendo
las últimas palabras de esta noche cerrada.
Si estuvieras aquí enredándote en mis brazos
mi condición de hombre, esta ruina, esta ausencia
de siempre,
de siempre,
abrazándote a ciegas, asido a tu nombre...
jugaríamos a recuerdos que se difuminan,
jugaríamos a recuerdos que se difuminan,
donde ahora soy tan sólo lo que tú
tan viva de tí misma, tan presente,
quieras hacer de mí, pero qué más?
Si ya soy un escombro
de tu último beso,
de la última vez que me tocaste
y sin saber pensábamos
ser caricia sin cerco,
libre,
mil veces en la piel
mil veces en la piel
mil veces mil en tus labios
callados, abiertos otra vez
a la luz de otros días
quizá no tan inciertos sino claros,
como cuando te afirmas y me dices:
estoy aquí, te quiero.
Porque el tamaño exacto de la historia
corresponde en tus manos a esa poca de luz,
Una verdadera belleza de poema, me ha emocionando.
ResponderEliminarSaludosss
la más insuficiente y rara.
ResponderEliminarabrazos, Marcos.