En la pradera de los pecadores se reunieron tres amigos; una ballena, un pavo real y un hombre. La ballena vino andando y traía las aletas muy perjudicadas, el pavo real ya estaba allí, sobre un monte rojo, augusto, con su abanico engañabobos desplegado a la ofensa ridícula de un escarabajo. Del hombre se dice que vino volando, con alas prestadas. La ballena contó una historia antigua, en la que el mar era un dios. El pavo real balbuceó timidamente una excusa de mal pagador. El hombre procuró ser trascendente, se explicó en hebreo, aunque podía haberlo hecho en francés, hizo un esfuerzo por caer simpático, eso le hizo digno de la misericordia de la naturaleza, que se dejó follar pacientemente, y fue sumisa. Entonces llegó el acomodador y borró a todo el mundo con la linterna.
viernes, 1 de febrero de 2013
UNO QUE LLEGA
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Con la linterna en la oscuridad, porque las palabras en hebreo erradicaron la luz del mundo, porque la ostentación del pavo veló la luz del sol y porque la ballena había disuelto la luz en las aguas de un océano de naufragios.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó