Laboratorio lexicográfico de Pekín |
Haciendo un experimento con la palabra mercantilismo, borracha, ésta ha expulsado por la o una fisiocracia con aspecto de señor de derechas levemente absurdo que me ha dicho: ¿Tiene usted hora, por favor? Le he respondido que antes debía explicarme qué ocupaciones tenía dentro de la palabra mercantilismo. Con un azoramiento visible contesta que se dedicaba a llevarle el té con pastas a las cinco de la tarde y hablaba con ella de política, y un poco de cosmética. A la pregunta de si ejercía en horas libres de asesor de retórica liberal ha exigido la presencia de su abogado. Se le ha expedido un pasaporte para Pekín con el cometido de que aprenda matemáticas con un ábaco. La fisiocracia ya ha hecho mucho daño aquí. Se fue, diciendo: Laissez faire, laissez paser con un sonoro portazo.
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