Me ha llamado por teléfono un silogismo. A título personal. No pertenecía a ninguna empresa o compañía de seguros. Los silogismos profesionales ya los conozco muy bien y los tengo a raya, no permito que me vendan nada, muchos de ellos resultan ser silogismos aparentes y a la hora de la verdad la conclusión a la que pertenecían desaparece y le dejan a uno en vilo, le suspenden el servicio. Son poco visibles, no se prodigan por la calle. No tienen buena reputación, se los mira con muchas prevenciones, aunque suelen vestir con elegancia y sencillez. Éste silogismo dijo llamarse Animula Vagula Blandula. Me recitó un poema en latín, escrito por el emperador Adriano poco antes de morir, hermoso y breve como la vida misma. El poema dice así:
Si B está en la regla A
y B es C
entonces C es verosímilmente A.
Si Vagula está en la regla Animula
y Vagula es Blandula
entonces Blandula es verosímilmente Animula.
También me contó una odisea poco creible buscando a un tal Antonio o Antinoo, no lo recuerdo. Con mucho tacto le dije que andaba ocupado en unas labores delicadas que requerían toda mi atención. Le di mi dirección de correo electrónico, prometió mandarme una foto en traje de baño. Eso ya me pareció más plausible, me sentí más en disposición de poder discernir sobre la verdad de este silogismo con nombre de señora o señorita de Roma. No hay que fiarse. He hecho bien. Como ven, se trataba de una muchacha, comercial del círculo de lectores. Quiere seducirme para que adquiera una enciclopedia poética. Me regalaban el millón de poemas mejores del orbe universo. Una lástima. Es encantadora.
Silogismo en traje de baño |
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