La luz lleva detrás a tantas nubes,
Tantas manos de hastío
Mirando los colores,
Colores encantados
De la bella bandera anochecida,
Que algún río se va
Algún desierto huye de cielo en cielo.
Todo ello, decidme, no justifica nada
Ni siquiera el amor
De estar enamorado,
Hoy por eso los labios
Se hielan lentamente
Tan solos como el mundo
Solo, solo entre nadie.
Mirad bien a los ojos para no cantar luego
la canción de aquel viento que no vuelve.
Escorial I |
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