dejan silencio entre los cuerpos
mientras la sangre corre como un río,
simbólica melodía ondea en la antena
tal que desafinado violín de borracho.
Vendrán por eso los satélites
atraídos al imán de la córnea,
pero no alcanza el pico con lo poco
y maneja un alpiste de colores,
de pájaro que taladra el ojo.
Entonces la palabra, con su peso de humo,
con su etérea sonrisa consabida y su rica ironía
se aproximará lentamente hacia nosotros
ejerciendo de parca circunstancial y árida.
Prefiero tu aliento de luna loca
y algún paseo sobre las hojas muertas,
a los fantasmas de la risa.
poema fontana, foto matta clark, o viceversa.
ResponderEliminarenorme, poeta.
Bingo entonces, muchas gracias kynicos.
ResponderEliminarSalud