Hubo una vez una noche en que las estrellas lucían como diamantes sobre el pueblo dormido, y las farolas parecían cantar con melancólicas luces de bohemia, la copla del borrón y cuenta nueva en los charcos. Una niña soñaba despierta, mirando a través de la ventana de su dormitorio aquel paisaje silencioso y tranquilo que le hablaba de antiguos lugares, pequeños como su ciudad que andaba ya por el séptimo sueño, ruinas de ciudades donde vivían los dioses (eran pensamientos un poco raros para una niña)...entonces, un gato que salió de la chimenea, paseando por la cornisa del tejado a la altura de la ventana de la habitación, miró abajo, y vio a la niña, absorta en aquel cuento nocturno, y le dijo:
-¡Eh ¿cómo te llamas? ¿qué haces que no duermes? la niña, sorprendida, repuso nerviosa pero pizpireta: Me llamo Aurorita y estoy esperando a que amanezca, me gusta mirar el campo cuando asoma el sol, dorando el lomo del horizonte mientras las estrellas titilan en el cielo. El gato perplejo la miraba, y ella, decidida por lo bien que le había quedado la respuesta, contraatacó al gato con otra pregunta:
-¿Y tú? ¿qué haces tu paseándote al borde del tejado? ¿ Acaso los gatos no duermen?
-Ah, sí que dormimos - contestó el gato-, pero sólo cuando estamos aburridos. Esta noche no me la quería perder, me presento, bella damisela, me llamo Juanito y me peino con una raspa de sardina.
Aurorita se moría de risa porque el gato iba de guapo y se llamaba Juanito. Entonces la niña se calmó mientras Juanito se peinaba un poco, y le dijo:
Encantada de conocerte Juanito, perdona que me ría, me hizo mucha gracia la manera tan coqueta que tienes de peinarte, para ser gato. Juanito le contó a Aurorita que él conocía un mono que se llamaba Borja Mari y se untaba colonia con spray cada vez que se iba saltando de árbol en árbol, y que era digno de verse lo bien que olía el bosque cuando Borja Mari salía de paseo. Y así se quedaron los dos charlando, y amaneció y ninguno de los dos se dio cuenta nueva ni borrón de que, efectivamente, había amanecido. Y fueron, claro, muy amigos.
Comparto plenamente la gracia que le ha hecho a Aurorita un gato llamado Juanito y que se peina con una raspa de sardina. Imagen genial para una animación. Salud.
Comparto plenamente la gracia que le ha hecho a Aurorita un gato llamado Juanito y que se peina con una raspa de sardina.
ResponderEliminarImagen genial para una animación.
Salud.
A ver si me sirve de cuento para mis sobrinos. No se yo...
EliminarComparto también, es el momento del cuento.
Salud.