Un par de palabras

                                       

Lo llamo espacio de creación plástica independiente pero en realidad es una simple caja de zapatos. Es el lugar donde las palabras incuban ideas propias. Mucho mejor dejarlas aquí durante un tiempo hasta que, por su pie, salen de la caja bastante motivadas. Tengo dos palabras metidas en la caja de revelaciones estéticas, desde hace un mes: gloria y miseria. Han estado bastante tranquilas hasta esta tarde que la palabra gloria ha abierto la tapa, y con una voz trémula e impaciente me ha dicho: He de salir, hay una celebración en Madrid muy importante y tengo que presentarme allí en chandal. Le he contestado que claro, pero que no volviese en mal estado, demacrada o pisoteada por la multitud, que me hacía falta para un poema en ciernes sobre fracasos estrepitosos. Me ha respondido con agudeza, diciéndome que de la gloria al fracaso se tarda más o menos el mismo tiempo que de Madrid a Córdoba en tren supersónico; me he sonreído deseándole buen viaje. Nunca voy con ella a ese tipo de efemérides (que llamo bipolares) a causa del encono que todo el mundo pone, en las celebraciones gloriosas, por aparentar una felicidad superficial y manida, que un minuto más tarde pasa a ser infecunda ruleta de conspicuas miradas, presionadas por el comisario de la prisa. Así que me he quedado aquí con mi miseria, que está, plácida ella, durmiendo la siesta dentro de una caja vacía de cartón.

Gloria y Miseria se dan la espalda para dormir.