a Raquel Tatnell
Niño dormido, espejo de los vientos,
tu semblante reposa sobre el ala
celeste del sueño, quietud que exhala
una luz de limón y sentimientos.
Flor de tu centro mágico el aliento,
hacia el principio de la sangre cala
oxigenando el aire de esta sala
donde te miro el alma y me sustento.
Vivo por un proyecto de futuro,
huye mi edad adulta como herida
del oscuro presente en que se afana
pero te veo a ti, sagrado y puro,
tu ser, fértil distancia de la vida,
levitar en la calma que me sana.
con la corrección de Francesc Cornadó, BLOG aquí
Pintura de Paul Gauguin, El pequeño está durmiendo, 1881
un nosequé en tus sonetos llama a la tierra de oro a despertar.
ResponderEliminargrande. salud.
Ojalá fuese lo mágico con su asteroide dándole una pedrada a la academia. Gracias, kynicos.
ResponderEliminarSalud