CASIMIRLO o caerse del olivo
El señor que ama la soledad del corredor de fondo y admira el discreto encanto de la burguesía, tiene una pistola al revés. Se ha subido a un olivo y espera (mira ufano a poniente) a que salga el sol por Antequera, para descerrajarse un tiro en la calva. El sol ha salido por Granada: desconcertado, ha marrado el disparo a lo Larra; una leve caricia de bala en la sien. Lo justo para caerse como aceituna madura. Se le desencajaron las antiparras. Ahora es gobernador del Banco de España.
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Collage de Al-Juarismi |
Del Banco de España o de cualquier otro podía ser. La ceguera selectiva de quienes nos manejan, es decir, de quienes dirigen los cotarros económicos, les ha hecho perder de vista la historia y la necesaria marcha de los aconteciminetos. Lo malo es que su suicidio se lleva por delante a demasiados inocentes.
ResponderEliminarUn abrazo.
En efecto, el giro copernicano de la economía española parece resolverse en un suicidio colectivo del que sólo se salvan los bancos. No se si esperan de alguna forma hacer una sangría demográfica o eliminar la piel muerta de la sociedad, pero el caso es que este baile de cifras astronómicas es el monumento a la estupidez humana más grande jamás visto, y es en verdad, penoso ver a los jubilados pagando de su humilde bolsillo la sangría de evasión de capitales que se está dando. 240.000 millones de euros desde hace justo un año.
EliminarSaludos y un abrazo, Miguel Ángel