domingo, 13 de mayo de 2012

Rubinia y el embajador cenobita: cuento medieval

L'Arabesque, IV.80 by Marin Marais on Grooveshark
       
    El embajador de los monjes peregrinos ha sido presentado ante el Rey Dubitando. No se conocía en Rubinia al género de los peregrinos sino por leyendas de trovadores y poetas. Se les llamaba funestos porque vestían siempre de negro, excepto en los sepelios, donde, de manera ceremoniosa, se desnudaban para cantar el Status Quo, un canto llano en el que manaban de las bocas de los peregrinos oficiantes: pétalos de rosas, mirtos, gardenias y al final, unas cucarachas multicolores que hacían las delicias de los niños. Eran tiempos oscuros como el sabor de la endivia y fuera de las murallas de la ciudad, los monjes comenzaban a vislumbrar la posibilidad de conquistar el reino de Rubinia con una sencilla táctica: transmitirles el conocimiento de las plantas utrópicas, cuya savia diluye la voluntad hasta convertirla en un saquito de pipas. Este es el objetivo del embajador. Una forma pacífica de ocupar un reino. Los Rubinios aprendieron a leer y escribir y supieron ir por el mundo oficiando los ritos de la literatura fantástica. Los monjes peregrinos vivieron en Rubinia. Quedaron ciegos a causa del mosquito apático y vagaban a tientas por la ciudad, gritando moralejas.
Ruina de Rubinia

                                           Allemande La Bizare, IV.77 by Marin Marais on Grooveshark

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