a M.A.Velasco León
SI quieren llámenlo poesía
yo me lo arranco porque duele
si no doliese no me lo escribiría:
me dio por levantar la mar océana
y había debajo mucha porquería
si gustan nómbrenlo poema
yo, más modestamente
lo llamaría epifonema
con gestos disuasorios de amenaza
y un saludable punto de fresca chulería
si a pesar de estos antecedentes
tan dudosos
siguen de alguna forma interesados
en esta vena lírica
yo mismo, con una jeringuilla,
le inyectaré una dosis de agonía.
Muchas gracias, abrumado estoy por la dedicatoria, gracias.
ResponderEliminarMe entusiasma esa escritura necesaria, como en Kafka y tantos otros, esa necesidad de escupir las letras porque queman. A la vez lo envidio, porque no soy uno de vosotros, más que algún rato, de cuando en cuando. No califiques tu poesía de epifonema, me parece una injusticia, para unos versos preñados de ingenio y contenido.
Sigue brindándonos trasfusiones desde tu vena lírica, amigo Manuel, la agonía ya vendrá sola, si ha de venir.
La imagen, un Magritte medioambiental, ilustra muy bien el poema.
Un abrazo.
Esta agonía, Miguel Ángel, es el ágon griego, ejemplifica de alguna manera la lucha por la vida; no la de aquel que está muriendo, sino la del que tiene que lidiar con la resistencia de las cosas. Seguiré abundando en esta idea que estoy leyendo en Roland Barthes. Bien merecida tienes la dedicatoria, por el entusiasmo con el que me lees, querido amigo, te mando un abrazo.
ResponderEliminarSaludos
Manuel