jueves, 24 de mayo de 2012

Donaire VIII

                       
                  En un hipotético duelo con paraguas sólo nos salvaría la lluvia.






4 comentarios:

  1. Un magnífico poema visual. Me recuerda las espadas de Eduardo Cirlot.

    Salud
    Francesc Cornadó Estradé

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  2. reconzco mi cobardía, siempre dejo el paraguas en casa, y lo lamento (y lo celebro) siempre.

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  3. Gracias Francesc, en cuanto escampe miro lo de Cirlot que no lo tengo visto.

    Un afectuoso saludo.
    Manuel

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  4. Hola Eleonora, quién sabe lo que se lleva la lluvia o si los paraguas guardan memoria del agua que les cae. No es cobardía sino alegría de que por fin pudiese llover a gusto de todos.

    Saludos cordiales.
    Manuel

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