El escéptico de la otra cara de la Luna, la que se esconde tras el vértice del cuarto menguante, creía:
Que la verdad es un acto de arrogancia. Que la gloria no es más que el aroma del amor propio. Que la noticia de que Dios había muerto llegó demasiado tarde. Que la guillotina se oxidó demasiado pronto. Que solo los hipócritas se oponen a los cínicos.
Que el verde del musgo imita los colores de Lorenzo Lotto. Que la naturaleza sigue al arte. Que las estatuas son más bellas que los cuerpos humanos. Que el arte tiene más vigor que el conocimiento. Que después del capitel dórico no ha habido más que plagios.
El escéptico duda y acierta, y cuando intenta hacer alguna reflexión sobre el ser humano acaba burlándose de él.
El escéptico de la otra cara de la luna observa que aquí todo es burla.
Francesc, tiene usted el verbo florido, lleno de matices. Menos mal que no eres un escéptico, de lo contrario, no hubieses vertido aquí esta colección de auténticos donaires, de los que a buen seguro, alguno formará parte de esta modesta colección en algún momento. Estoy especialmente en deuda con el tercero, nietszcheano donde los halla. Muchas gracias por tu visita, que le da siempre a esta bitácora un color inusitado y distinto.
El escéptico de la otra cara de la Luna, la que se esconde tras el vértice del cuarto menguante, creía:
ResponderEliminarQue la verdad es un acto de arrogancia.
Que la gloria no es más que el aroma del amor propio.
Que la noticia de que Dios había muerto llegó demasiado tarde.
Que la guillotina se oxidó demasiado pronto.
Que solo los hipócritas se oponen a los cínicos.
Que el verde del musgo imita los colores de Lorenzo Lotto.
Que la naturaleza sigue al arte.
Que las estatuas son más bellas que los cuerpos humanos.
Que el arte tiene más vigor que el conocimiento.
Que después del capitel dórico no ha habido más que plagios.
El escéptico duda y acierta, y cuando intenta hacer alguna reflexión sobre el ser humano acaba burlándose de él.
El escéptico de la otra cara de la luna observa que aquí todo es burla.
Salud
Francesc Cornadó
Francesc, tiene usted el verbo florido, lleno de matices. Menos mal que no eres un escéptico, de lo contrario, no hubieses vertido aquí esta colección de auténticos donaires, de los que a buen seguro, alguno formará parte de esta modesta colección en algún momento. Estoy especialmente en deuda con el tercero, nietszcheano donde los halla. Muchas gracias por tu visita, que le da siempre a esta bitácora un color inusitado y distinto.
ResponderEliminarSaludos afectuosos.
Manuel