Epicuro: primeros auxilios
Perversa caléndula operas la alquimia del fuego, molécula del mundo en eterna ebullición, convirtiendo el sol en neurona. Aprecio la bondad de Maquiavelo y de Gracián, que ofrecen unos ejemplares de officinalis envenenados de sabiduría. El amarillo abunda en prismas apasionados, en la caleidoscópica distorsión de la mirada, que en un niño es un turbión de transparente ignorancia surgida de la alta noche del tiempo. Y también en las miradas de las personas mayores resplandece un desengaño que tiene la gracia de lo que acaba y no es un tormento cósmico. Apreciamos más el buen humor de Epicuro.
Sin duda alguna, Epicuro es mucho menos venenoso que Maquiavelo. En cuanto a Gracián, su desgracia de nacer en la España del XVII, próximo al poder pero a su servicio, y lastrado por su condición de jesuita ilustrado, se trasluce en el fondo de toda su obra.
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A pesar de la mala prensa que tiene, creo que Maquiavelo es un espíritu renacentista, un orden nuevo cuyo centro es el hombre, desde nuestro presente tendemos a juzgarlo maquiavélicamente. Gracián, con qué viveza pintó el conceptismo en su Arte de ingenio.
ResponderEliminarSalud